Crítico informe de la UBA por el
fracaso de la cosecha de trigo
LA FERTILIDAD DE LOS
SUELOS Y LA APARICIÓN DE MALEZAS MUY AGRESIVAS, ENTRE LAS CONSECUENCIAS.
Por el cepo a las
exportaciones se siembra menos y se pone en riesgo al sistema agrícola.
Sin incentivos. Este año se
sembrarían apenas 4 millones de hectáreas.
Silvia Naishtat
Parte de la escasez de dólares
que sufre el Gobierno está relacionada con el fracaso de la última cosecha de
trigo, la menor en un siglo que no sólo impidió un flujo de divisas a
principios de año, sino que también obligó al vecino Brasil a comprar el cereal
en otros destinos. Ante la próxima siembra del cereal, que se cosecha siempre
en Navidad, ayer por primera vez la Universidad de Buenos Aires salió a
advertir lo que significa una pobre campaña de trigo, no solo en términos
económicos sino en rotación de cultivos y en manejo de malezas. Aquí, lo que
sostiene el informe del profesor Daniel Miralles de la Facultad de Agronomía:
*Con una siembra estimada en 4 millones de hectáreas ( frente al promedio
histórico de 6,5 millones) la caída de los cereales invernales agudiza la
pérdida de la fertilidad del suelo. Además, crecen las malezas resistentes y
aumenta el uso de herbicidas con mayor toxicidad.
Un año bastaría para
revertir la situación, con políticas adecuadas.
* Hay falta de incentivos para
revertir la pobre superficie sembrada con trigo, pese a que este año existen
buenos contenidos de agua en el suelo para iniciar la siembra y una perspectiva
hídrica favorable.
* El cepo a la comercialización a través de los
cupos de exportación para el trigo argentino impuesto por el Estado, determina
que el productor no pueda vender
libremente a un precio internacional.
Los cupos a las exportaciones
desalientan la siembra porque el agricultor se encuentra con una sensación de
incertidumbre, debido a que no sabe si va a poder comercializar sus granos una
vez que los coseche.
* El productor argentino tiene
mucha experiencia en trigo. Es un cultivo tradicional y podría revertir la
situación actual muy rápidamente. Sólo falta una decisión política para que se
vuelvan a introducir las gramíneas en la rotación de los suelos.
* La política comercial asociada
al trigo, así como la baja en el área de siembra, genera consecuencias
negativas desde los económico y ambiental.
* Estamos perdiendo mercados
internacionales, principalmente Brasil, que era nuestro principal comprador.
Además, desde lo técnico, al salir las gramíneas del sistema agrícola
(principalmente cereales invernales como el trigo y la cebada), se pierde el
volumen de rastrojos en la rotación y el aporte del carbono que sostiene la
fertilidad de los suelos y el potencial de los cultivos.
* Han aparecido nuevas malezas
cuyo control se realizaba naturalmente con el trigo o herbicidas de amplio
espectro, y que hoy se lleva a cabo con
agroquímicos más agresivos como los que se usaban en las décadas del 70
y 80.